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La historia detrás de las máscaras de Ocozocoautla, Chiapas

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En Ocozocoautla de Espinosa Chiapas, las máscaras danzan y le dan sentido a las festividades que se celebran en varios momentos durante todo el año, las vemos en el carnaval, en la danza del copotí, en el baile de pastores y pastoras, en la danza de moros y cristianos y en otras fiestas ceremoniales del pueblo zoque.

Los artesanos “coitecos” dan vida y forma a trozos de madera con formones y gubias, creando rostros tallados en madera, que puede ser de árbol de matzu, copal, cupapé, caoba o de otras maderas moldeables, el artesano desgasta cada estría de la madera para dar forma, a los rostros imaginados que se convierten en arte.

Crear una máscara es un proceso minucioso, pero la habilidad alcanzada por los artesanos a través de los años, hace que en unos pocos días las máscaras queden terminadas aunque las más elaboradas les lleva un poco más de tiempo realizar Muchos artesanos como el Sr Silvano Hernández que lleva 30 años en el oficio aprendieron por el deseo de elaborar sus propias máscaras y estrenar una cada festividad, otros artesanos son sus padres y abuelos quienes les trasmitieron el conocimiento del noble oficio de hacer máscaras.

Ahora ellos les enseñan a sus hijos, tal es el caso de los Hermanos Pimentel González, del Sr Roberto Pérez Sánchez, de Búlmaro Morales Jiménez. Y otros muchos artesanos dedicados a la elaboración de máscaras. Dice don Silvano que él aprendió a elaborar máscaras de don Conchito artesano muy reconocido en la localidad por la elaboración de máscaras y restauración de santos. Don Silvano con el apoyo de su esposa doña Ángela Trujillo, decidió dedicarse a la elaboración de máscaras y ahora con el paso del tiempo le ha trasmitido esta noble labor a todos hijos pero es su hijo mayor llamado Luis Ángel quien ha demostrado especial interés por dedicarse a la elaboración de mascaras.

Las máscaras lucen por sus diseños, colorido y formas, no todos son iguales, en su mayoría y de preferencia son de madera, podemos ver unas con barbas labradas otras sin barba, con largas pestañas casi todas, algunas son rostros alegres otras tienen ceño fruncido, todas tienen sobre los ojos unas hendiduras para que el danzante pueda ver. Son pintadas en color rosa claro o color piel, queriendo parecer la piel blanca de los españoles que llegaron a nuestras tierras muchos años atrás. En Ocozocoautla algunas personas con rasgos muy bonitos y finos les dicen: “tienes cara de mascarita” es una forma de decir; que tiene un rostro dotado de hermosura. También está la máscara de animales: la de mono, la máscara de “cochi” y la de tigre que en realidad es muy similar a un sombrero con forma de cabeza de tigre. Las máscaras de los personajes principales son las más elaboradas, tienen características específicas como la del Mahoma, del cazador o la del mono del Carnaval Zoque de Ocozocoautla.

En la historia de los pueblos originaros se sitúan el nacimiento de la máscara en el momento en que se origina la auto conciencia, muchas veces como símbolos protectores. Su uso se remonta a la más lejana antigüedad, tanto en el viejo como en el nuevo continente encontrándose también registros entre los egipcios, griegos y romanos. Las máscaras se usan en festividades, rituales sociales y religiosos, donde los participantes las usan para representar personajes espirituales y tradicionales. En algunas culturas se cree que el usar una máscara permitirá que el portador tome las cualidades de la representación de esa máscara; es decir, La máscara de cabeza de tigre inducirá al portador a convertirse o actuar como tigre. Así la de mono.

En una realidad atemporal. Desde épocas pasadas alrededor del 700 a.C. la cultura Mixe Zoque labraba sus máscaras y con el sincretismo religioso la costumbre se siguió hasta nuestras fechas. Uno de los significados de la palabra «máscara» sería la combinación de las palabras “más” y “cara”, haciendo referencia a las caras que se añaden al portar una máscara. Las máscaras guardan secretos, anhelos, que transforman la tristeza en alegría, permiten la posibilidad a nuestra sociedad de vivir un instante como si fuera el otro ¿Qué tan facundas son las manos del artesano? Que a pesar de estar endurecidas por la vida y por labrar sus máscaras, no dejan de construir historias. Será esto lo que le ha concedido a las máscaras vivir y persistir a través del tiempo, las máscaras danzan, viven y le dan sentido al carnaval de la vida con la dualidad que nos transporta a un posible instante de felicidad.

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